En nuestra cultura, la sexualidad a menudo ha sido reprimida y asociada con sentimientos de culpa y malestar. Como resultado, muchas personas experimentan problemas sexuales y psicológicos relacionados.
La cultura tiene efectos distintos en cada sujeto, y sin querer entrar a generalizar demasiado, los efectos en mujeres y hombres han sido distintos.
En el caso de la mujer, la historia la ha considerado como alguien carente de deseo sexual y que, más que satisfacer su propio deseo, debe satisfacer el deseo de su pareja sexual. Por esto, muchas veces están asociados sentimientos de culpa que pueden llevar a no disfrutar de las relaciones sexuales o incluso a que sean dolorosas o a no sentir deseos sexuales.