Psicología especializada en Infertilidad y Reproducción Asistida

Si crees que puedes estar sufriendo violencia, estamos aquí para ayudarte

Si llevas tiempo queriendo quedarte embarazada y no lo has conseguido, es posible que te sientas angustiada, triste, enfadada, asustada o incluso deprimida. Si estás en pareja, la relación puede verse afectada. Si la situación viene dada por un problema de fertilidad del hombre, él también sufrirá emocionalmente.

Los problemas de fertilidad y los procesos de reproducción asistida pueden ser abrumadores y estresantes. En Prisma Psicología podemos ayudarte con terapia psicológica en este momento tan importante y difícil de tu vida.

Psicólogo infertilidad Bilbao y Online

Principales síntomas

La infertilidad y los tratamientos de reproducción asistida pueden ser experiencias emocionalmente abrumadoras para muchos individuos y parejas. Las emociones complejas que emergen durante este proceso a menudo requieren un apoyo y entendimiento especializado. La ayuda psicológica puede ser una herramienta valiosa para navegar por estos retos. A continuación, detallamos algunos síntomas y sentimientos que pueden surgir en este contexto:

 

  1. Angustia y tristeza profunda: La incapacidad para quedarte embarazada como habrías imaginado puede llevar a sentimientos de tristeza intensa y desesperanza.
  2. Ansiedad: La incertidumbre y la presión asociadas con los tratamientos de reproducción asistida pueden generar altos niveles de ansiedad.
  3. Baja autoestima: La infertilidad puede llevar a la pérdida de autoestima y autovaloración, especialmente en un contexto cultural que asocia la maternidad con el éxito y la feminidad.
  4. Aislamiento social: Las mujeres pueden sentirse aisladas de amigos y familiares que no comprenden completamente su situación.
  5. Depresión: La infertilidad puede desencadenar depresión clínica, con síntomas como fatiga, apatía y cambios en el apetito.
  6. Culpa y autoexigencia: Las mujeres pueden culparse a sí mismas por no poder quedarse embarazadas, lo que puede desencadenar autoexigencia y perfeccionismo.
  7. Pérdida de identidad: La maternidad a menudo está asociada con la identidad en las mujeres, por lo que la infertilidad puede hacer que las mujeres sientan que están perdiendo una parte fundamental de sí mismas.
  8. Conflictos en la relación de pareja: Los tratamientos y las tensiones emocionales pueden causar conflictos en las relaciones de pareja, agravando la angustia.
  9. Rabia y frustración: La incapacidad para quedarse embarazadas puede llevar a sentimientos intensos de rabia y frustración.
  10. Preocupación por la salud mental y física: La preocupación por el proceso de tratamiento y sus efectos en la salud mental y física puede ser abrumadora.
  11. Estrés financiero: Los tratamientos de reproducción asistida suelen ser costosos, lo que puede generar preocupaciones financieras adicionales.
  12. Duelo no resuelto: Las mujeres pueden experimentar un duelo no resuelto por la pérdida de la capacidad de concebir de forma natural.
  13. Comparación con otras mujeres: Las comparaciones con otras mujeres que han tenido éxito en la concepción pueden aumentar los sentimientos de insuficiencia.

 

Es esencial abordar la infertilidad y los procesos de reproducción asistida con una perspectiva de género que reconozca la complejidad de estas experiencias y ofrezca un apoyo integral a las mujeres que la padecen.

Si estás enfrentando estos desafíos, no estás sola. Solicita tu primera cita gratuita con nosotras y permítenos acompañarte en este viaje emociona

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A partir de la segunda sesión, se te reservará una hora para todas las semanas (o con la frecuencia que acuerdes con tu terapeuta). Si trabajas a turnos, no te preocupes, encontraremos una solución.

¿Y si no puedo asistir?

Si no puedes acudir es importante que avises con 24 horas de anticipación para que podamos reprogramar tu cita. En caso de no hacerlo la sesión se cobra íntegramente

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Consecuencias emocionales de la infertilidad

Desear un embarazo y no conseguirlo es una situación muy angustiante. Muchas mujeres se sienten -injustamente- responsables y culpables de no poder quedarse embarazadas. Se sienten inadecuadas, sienten que han fallado como mujeres, como si les “faltara algo”, experimentando sentimientos de culpabilidad.

Por este motivo, la infertilidad muchas veces se lleva en secreto, no se comparte con seres queridos o amigos, ya que es causa de vergüenza. Incluso cuando se inician tratamientos de reproducción asistida, es muy común que se realicen al margen de las personas cercanas. De esta forma se protegen de opiniones y comentarios, pero al mismo tiempo se aíslan de aquellos que podrían ser un apoyo en el proceso.

En general, la incapacidad para quedarse embarazada, sea durante un tratamiento o sin él, va acompañado de cambios de humor, irritabilidad, angustia, incertidumbre, ansiedad… Al fin y al cabo, tener un hijo o hija ha formado parte de tu plan de vida durante mucho tiempo y ahora aparecen dificultades que pueden cuestionarlo todo.

Las personas que atraviesan esta dificultad en una pareja heterosexual a menudo atraviesan crisis, que muy frecuentemente afectan al deseo sexual. La pareja se autoimpone el objetivo de concebir y programa sus relaciones sexuales (lo cual puede ser aconsejable durante el tratamiento), lo que puede añadir estrés a la situación al desarrollarse problemas sexuales o a una pérdida de deseo e intimidad en las relaciones.

 

Reproducción asistida, ¿cómo me sentiré?

Cuando decides iniciar el proceso de reproducción asistida, te enfrentas a todo un mundo de emociones que cambian de un momento a otro, causado tanto por las hormonas como por las dudas, la incertidumbre y la angustia que puedes experimentar.

Tener conocimiento de lo que te está pasando a nivel emocional y un acompañamiento adecuado puede hacer que atravieses este momento de una forma menos angustiante, sin añadir estrés a esta situación de por sí estresante.

Si bien cada mujer afronta el tratamiento de modos distintos, hay fases en las que suelen producir respuestas similares:

El comienzo del tratamiento. Cuando tomas la decisión de ponerte en manos de especialistas, surge una gran ilusión y se dejan a un lado las dificultades. Hay muchas expectativas en el tratamiento, a pesar de que los profesionales deben informar de las probabilidades de que no se llegue a un embarazo en los primeros intentos. Es posible que, después de varios intentos fallidos, te sientas frustrada y/o culpable.

La llegada de la menstruación se vive como un fracaso y puede llevar a la tristeza y desesperanza. Aparecen dudas y miedo al fracaso, ya que se acrecienta la incertidumbre propia de este proceso.

Estimulación. Los días de estimulación pueden ser estresantes, sobre todo si en el trabajo no cuentas con las condiciones necesarias o si has decidido guardarlo en tu intimidad. Cuando tienes que interrumpir el tratamiento, puedes sentir desilusión y desesperanza.

En las esperas para saber si el tratamiento ha ido bien, puede que osciles entre la ilusión y el pensamiento de que nunca lo conseguirás. Pueden aparecer síntomas como el insomnio o la revisión constante de tu cuerpo en busca de cambios que indiquen un posible embarazo.

Los resultados. Uno de los momentos más difíciles a los que tendrás que enfrentarte, en caso de que el resultado sea negativo. Es importante tener a personas cercanas que te apoyen o, si no quieres contárselo a nadie, asistir a un/a profesional que te pueda acompañar en el proceso.

En cualquier caso, cada mujer es distinta y también lo son las maneras de enfrentarse los problemas. Por lo tanto, la reacción de cada una en este proceso dependerá de su capacidad para enfrentarse a la dificultad y también del apoyo con el que cuente en su círculo próximo.

 

¿En qué puede ayudarme un/a psicólogo/a?

Muchas veces la infertilidad es vivida como un duelo y es necesario trabajar sobre los miedos, fantasías y sentimientos de angustia, tristeza y/o ansiedad que surjan para que estos no afecten la totalidad de la vida.

Además, es necesario en muchos casos trabajar en el reconocimiento de los discursos sociales que llevan a que las mujeres se culpabilicen de que el proceso de reproducción no funcione, lo que permitirá minimizar los efectos de este duro proceso en la salud mental. 

En personas que viven con mucha ansiedad, o que han cursado depresiones siempre es aconsejable acompañar el proceso de reproducción asistida porque es un momento especialmente vulnerable por las altas probabilidades que existen de que no se consiga en un primer intento el embarazo.