La infancia es una etapa de continuos cambios y aprendizajes. Este proceso puede ser vivido con dificultades, tanto por parte de los/as niños/as como de sus padres/madres.
En edades tempranas, cuando aún no pueden expresar su sufrimiento o malestar mediante la palabra, aparecen síntomas en forma de cambios repentinos en los comportamientos o determinadas conductas.