Bifobia: qué es, cómo se manifiesta y cómo acompañar desde el respeto

Mujer siendo excluida por su orientación sexual

Indice

Bifobia: una forma de violencia poco reconocida en el día a día

En Prisma trabajamos para crear espacios terapéuticos donde sea posible nombrar y elaborar las distintas formas de violencia que atraviesan nuestras vidas. Algunas son fáciles de detectar. Otras, como la bifobia, se esconden en pequeños gestos, silencios o frases cotidianas que muchas veces pasan desapercibidas.

Hoy queremos hablarte de esta forma de discriminación: de cómo se expresa, del dolor que puede generar y de la importancia de poder reconocerla, tanto si la estás atravesando como si quieres acompañar a alguien que la vive.

¿Qué es la bifobia?

La bifobia es el rechazo —abierto o encubierto— hacia la bisexualidad como orientación sexual válida. A veces se expresa de forma total (por ejemplo, cuando se niega directamente que las personas bisexuales existan) y otras de forma más parcial, criticando aspectos específicos de su vivencia.

Detrás de la bifobia hay muchas ideas normativas sobre cómo “debería” vivirse la sexualidad. Algunas frases o creencias frecuentes son:

– “Están confundidas.”
– “Es solo una fase antes de definirse.”
– “No se comprometen, son infieles.”
– “Tienen una vida sexual descontrolada.”
– “Se lo inventan.”
– “Está con una mujer ahora porque su ex hombre la engañó.”

Como plantea Gerard Coll-Planas, vivimos en una cultura que legitima solo las orientaciones monosexuales —es decir, el deseo hacia un único género—, mientras que la bisexualidad se considera inestable o incoherente. Esta mirada no solo es errónea, sino que también excluye y daña, generando dudas internas que afectan el modo en que una persona se vincula con su deseo, su identidad y sus relaciones.

¿Cómo se manifiesta la bifobia?

La bifobia puede venir del entorno (bifobia externa) o instalarse en el interior de la propia persona (bifobia interiorizada). Ambas dejan huella. Algunas de sus formas más comunes son:

– Comentarios “en broma” que ridiculizan la bisexualidad.
– No reconocer su orientación si está en pareja con alguien del sexo opuesto o del mismo sexo.
– Sentir que no encaja ni en espacios heterosexuales ni en espacios LGTBQ+.

– Ser interrogada sobre su vida íntima como si fuera un espectáculo.
– Vivir ansiedad, culpa o confusión respecto a su identidad.
– Ser sexualizada de forma excesiva o fetichizada.

Por ejemplo, una mujer cis con hijas de una relación anterior con un hombre que ahora está saliendo con otra mujer puede sentirse juzgada o invadida por preguntas que no harían a otras personas. En algunos casos, esto lleva a evitar espacios sociales por miedo a la exposición.

Bifobia interiorizada: cuando el rechazo se vuelve hacia dentro

La bifobia interiorizada aparece cuando una persona bisexual empieza a creerse esos mensajes negativos que ha escuchado tantas veces. Puede sentirse culpable por lo que desea, dudar de su identidad o tener la sensación de que no encaja en ningún lugar.

Como señala Paul B. Preciado, las sexualidades no normativas son muchas veces expulsadas de los marcos de reconocimiento social, médico y lingüístico. Esto significa que no solo son cuestionadas desde fuera, sino que también se ven obligadas a justificarse continuamente. Esta violencia simbólica —que opera desde lo invisible— acaba instalándose en la subjetividad, marcando lo que se puede desear o decir sin culpa.

Bifobia y terapia: cómo trabajar el impacto emocional y relacional

En un espacio terapéutico con mirada respetuosa y libre de juicios, es posible revisar cómo la bifobia —ya sea externa o interiorizada— ha influido en la identidad, en el deseo y en la forma de vincularse.

Reconocer el dolor que ha dejado, legitimar lo vivido, nombrarlo, puede ser el inicio de una vida más libre. No se trata de “corregir” nada, sino de acompañar a reconstruir una narrativa propia que no esté atravesada por la vergüenza o la culpa.

En Prisma creemos profundamente en la importancia de ofrecer ese espacio. Puedes saber más sobre nuestro enfoque en el trabajo con diversidad sexual en nuestra página sobre acompañamiento LGBTIQ+.

¿Qué podemos hacer para combatir la bifobia?

No hace falta ser bisexual para implicarse en esta lucha. Algunas acciones que pueden marcar la diferencia en lo cotidiano:

  • Visibilizar la bisexualidad como una orientación legítima y válida.
  • Escuchar sin juzgar y sin invadir la intimidad de las personas.
  • Cuestionar nuestras propias creencias sobre la bisexualidad.
  • Compartir información que ayude a desmontar prejuicios.
  • Acompañar con respeto, sin exigir explicaciones.
  • Buscar apoyo profesional si sientes que la bifobia está afectando tu vida.

La bisexualidad no necesita ser explicada. Necesita ser respetada.

¿Necesitas acompañamiento?

Si eres una persona bisexual —o estás explorando tu orientación— y sientes que la bifobia está afectando tu bienestar, en Prisma te ofrecemos un espacio seguro, cercano y libre de juicios donde poder hablar, sanar y construir tu identidad desde el respeto y la libertad.

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Psicóloga Sanitaria BIO4928.

2 Máster en psicología clínica. Agente de igualdad.
Perspectiva de género.
Especialista en el trabajo con mujeres en temáticas de violencia de género, maternidades, fertilidad, traumas y otros.

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